“Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos” (Apoc. 1:18)
La resurrección es el mayor triunfo de Cristo sobre el enemigo. É aun la más contundente puebla a favor de lo cristianismo como religión viva, poderosa y transformadora. Todavía, con todos los estudios de la Teología y conjeturas y especulaciones de otras ramas científicas, no puede ser explicada por la razón humana.
Todos recuerdan la historia de un teólogo que quería descubrir el secreto de la trinidad. Un día
miró una niña adelante del mar. Estaba sacando agua del mar en su vaso y llevando a un hoyo que había hecho en la playa. Derramaba el vasito de agua en el hoyo e iba recorrer más agua. O teólogo se acercó y preguntó que estaba haciendo. Dijo que quería colocar toda el agua del mar en su hoyo. Entonces el teólogo se enojó diciendo: No puedes poner toda el agua del mar aquí, es imposible. Entonces ella le dijo: También as imposible poner la trinidad en su pequeña cabeza. Lo mismo principio puede mucho bien se aplicar al asunto de la resurrección.
Teológicamente hablando aunque la encarnación, ministerio y muerte de Jesús sea muy importante, “La resurrección los sobrepuja a todos…porque sin” ella “nada importaría”. (Lección de la Escuela Sabática, abril a junio de 2008, pág. 132). Está ligada a la cruz como el brazo al cuerpo. Uno depende del otro. Es interesante notar que de todas las religiones “el judaísmo y el cristianismo son las únicas dos que aceptan el concepto de la resurrección como tal; y solo el cristianismo la hace central.” (Iden pág. 132). Además el cristianismo es la única doctrina religiosa fundada sobre el presupuesto de la resurrección de su “Personaje Central”. La fe histórica de la Iglesia, bien como sus doctrinas se quedan dependientes de la resurrección para tener significado hoy día (La Resurrección de Cristo”, A Dictionary of Christian Theology, p. 290, Lección pág 133). Además tiene sido de el inicio de la Iglesia y alrededor de los siglos “el elemento central de la predicación” (Lección de la Escuela Sabática, abril a junio de 2008, pág. 134).
Los cuatro evangelios narran el facto real de la reaparición de Jesús de entre los muertos. La riqueza de detalles mencionados a nivel público, como el terremoto, la resurrección y después aparición de muchos santos que dormían, el túmulo sellado por Roma con una guarda que guardaba el lugar, y até la mentira publicada después sobre el robo de el cuerpo de Jesús por sus discípulos (Ver Mateo 27:45-28:20), son pueblas cabales y históricas del evento.
Los primeros seguidores de Jesús de Nazareth se quedarán chasqueados con su muerte, pero impactados por su reaparecimiento de entre los muertos. Mismo tiendo regresado atrás su vocación y empezado nova miente sus antiguos labores, después de este facto tuvieran el ánimo necesario para continuar como predicadores. El evento los dio esperanza, comprensión y fuerza espiritual para empezar la historia victoriosa de la Iglesia Primitiva. Proporcionó también autoridad para testificar, realizando milagros (Hechos 3:6), llamando Israel al arrepentimiento (Hechos 2:35-38) y desafiando até los que participarán de la muerte de Jesús (Hechos 4:10).
La resurrección tiene mucho que ver con la nuestra propia. Se es verdad de Jesús resucitó, nosotros también seremos resucitados en el último día. É una puebla también que la muerte está vencida y podemos hoy día proclamar con poder esta verdad. (Lección de la Escuela Sabática, abril a junio de 2008, pág. 138).
Nenhum comentário:
Postar um comentário