quinta-feira, 4 de setembro de 2008

"Lejos de Casa, Cerca de Deus"

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía: pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse” (Da. 1:8). Yo estaba delante de la Imprenta Adventista en Vinto, Cochabamba, Bolivia. Salió el pastor Ivay Araujo, departamental de jóvenes para Bolivia. Él vino hablando con un tico sobre preparación de materiales para empezar una semana de oración. El tema sería profético y el personaje principal sería Daniel. Yo escuché cuando el pastor dijo que lo primer tema de la semana sería “Lejos de casa, cerca de Dios”. En la experiencia de Daniel esta frase no es apenas bonita, sino una grande realidad. Aunque estuviesen como prisioneros en un país distante de su tierra natal, no se olvidarán de sus principios religiosos. Basados en Romanos 8:28, podemos afirmar que “Dios cambió lo malo en bueno en la experiencia de cuatro jóvenes judíos” de carácter irreprochable. Ellos fueran testigos del poder de Dios y sus propósitos en una ocasión muy especial. (Lección de la Escuela Sabática, julio-septiembre de 2008, 133). Daniel e sus compañeros fueran llevados cautivos por el rey Nabucodonosor a Babilonia, todavía seguían libertos del pecado por El Rey de los Reyes. Tuvieran sus manos y pies amarados cuando llegaran a grande ciudad, pero mantenían sus consciencias libres del mal. Tuvieran sus nombres cambiados, pero su reputación se mantuvo inalterable. Fueran expósitos a miles de dioses e ídolos, todavía se quedaran fieles al único Dios verdadero. Miraran muchas imágenes de plata y oro, pero no dejaran de ollar a Jesús, “el Autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2). Fueran cercados por diversos tipos de pecado, pero purificaran sus vestiduras en el “sangre del cordero”. Estaban lejos del templo, casa de oración, pero sus cuerpos seguían como santuarios de Dios (I Corintios 6:19); escucharán muchas fabulas y leyendas, pero atinaban sólo la Palabra de Dios; asistirán muchos sacrificios idolátricos, pero aguardaban el supremo sacrificio del Mesías (Daniel 9: 26); fueran llamados ciudadanos caldeos, pero buscaban una patria… mejor, esto es, celestial” (Hebreos 11:14,16); fueran desafiados en su estilo de vida y alimentación, pero no se contaminarán con las aguarías del rey, recordando sus hábitos saludares (Ver Levítico 11). Eran esclavos, pero libres; eran desafiados, pero desafiadores con su testimonio. Pisarán tierra pagana, pero mantenían su corazón en suelo santo. Cierto día yo escuché a un pastor orientar a las maestras de niños a llamar Daniel y sus compañeros por sus nombres hebreos, no por los que recibieran en Babilonia. Aunque los caldeos intentasen sacar su identidad judaica, sus raíces fueran bien plantadas. Elles tenían un fundamento espiritual cimentado por sus padres en la niñez. A través de la enseñanza religiosa los padres de Daniel, Ananías, Misael y Azarías los prepararán para su grande misión. Aunque sus nombres (de los padres) no sean conocidos, revelarán al mundo lo que la educación espiritual diaria puede hacer. La educación espiritual diaria es la base para un testimonio diario. Siguiendo la buena tradición judaica los padres de Daniel y sus amigos, sin lo saber, los prepararan para serán testigos en Babilonia. Las primeras pruebas que Daniel y sus amigos enfrentarán y vencerán en Babilonia fueran relacionadas a su estilo de vida. Cuando nosotros empezamos bien las luchas espirituales (tomando la decisión de seremos fieles a cualquier costo) seremos victoriosos al final. Daniel propuso no manchar o corromper su carácter o su miente con la filosofía y comidas de los caldeos (Daniel 1:4, 8). Estas mismas tentaciones enfrentó Jesús en el desierto (S. Mateo 4:4). Primero Satanás confunde nuestra mente sobre las verdades espirituales (en la caso de Daniel procuró introducir “astrología, falsos dioses y mitos de diversas descripciones” (Lección de la Escuela Sabática, julio-septiembre de 2008,135) temas de la literatura babilónica. Luego después atacó su organismo con alimentos prohibidos. Cuando Daniel resistió a estas dos primeras pruebas preparó el camino para vencer las siguientes. Los nombres de Daniel (Dios es mi juez), Ananias (Dios ha favorecido), Misael (el que es lo que Dios es) y Azarías (Jehová ha ayudado) reflejan la prioridad espiritual que sus padres le regalaban (Lección de la Escuela Sabática, julio-septiembre de 2008,136). En cambio los nombres que recibieran revelaban la prioridad idolatrita que los caldeos regalaban a sus dioses. Tuvieran sus nombres cambiados, pero no su carácter. Su desarrollo intelectual y físico fue un testimonio para el rey de la mayor potencia del mundo. Hoy los jóvenes universitarios adventistas, mismo que percan clases a los sábados deberían imitar de manera cercana su ejemplo. Testificamos no sólo con nuestra palabras espirituales, sino y más aun con nuestra sabiduría en las universidad. Cuando fue decifrado el sueno de Nabucodonosor “por medio de Daniel… Dios salvó la vida de los sabios en toda Babilonia, condujo a un rey pagano por lo menos a comenzar a creer en el verdadero Dios” más allá de promover a los cuatro “a cargos de autoridad, donde podrían testificar más de Dios”. (Lección de la Escuela Sabática, julio-septiembre de 2008,137) Como manifestación de la fidelidad de los amigos de Daniel, contemplamos cada uno se recusando a adorar a la estatua de oro (Cáp. 3). Talvez Daniel no aparezca en la historia como una evidencia de que Dios quisiera enseñar a nosotros que los amigos de Daniel también le eran fieles. Cuando Daniel fue lanzado al foso de los leones, fue guardado por el León de la tribu de Judá. Las dos pruebas prefiguran los testes que cada un de los hijos de Dios tendrán que enfrentar en los últimos días, y así como eles, testificar de Dios y su voluntad. La historia de Daniel y sus tres amigos manifiestan el poder de Dios. Que nosotros podamos plasmar en nuestros corazones e la misma fidelidad, para sernos testigos cada día.

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