Resumen de la Lección de la Escuela Sabatica
“Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que dijo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Isa. 46:10)
Texto de impacto: “Las palabras con que comienzan las Escrituras trazan un decidido contrasta entre todo lo que es humano, temporal y finito, y lo que es divino, eterno e infinito” (1 CBA 219).
Antes de entrar en la lección de esta semana, necesitamos hablar algunas palabras como introducción a ese importante tema. En primer lugar vale destacar que el autor para el folleto de este trimestre es el Dr. Ángel Manuel Rodríguez, puerto riqueño, director del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General. Este importante órgano, con sus oficinas ubicadas Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, está directamente interesado en mantener la pureza bíblica de nuestras doctrinas (Ver Apoc. 2: 2, 3, 6; Hec. 2:42).
Aunque debamos recordar que las lecciones publicadas reflejan las sugerencias de una comisión mundial que evalúa manuscritos para la Escuela Sabática, no representando exclusivamente la intención del autor principal (Lección de la Escuela Sabática, octubre-diciembre de 2008), el hecho de el Dr. Ángel tener preparado este tema nos da la seguridad de que los temas corresponden al pensamiento oficial de la Iglesia.
¿Que es expiación y para que sirve? Todo el folleto intenta contestar esas dos preguntas, llevándonos, desde la introducción a entender que esta doctrina no es una “teoría abstracta acerca de la salvación… es el poder salvador de Dios en nuestras vidas” (Lección de la Escuela Sabática, octubre-diciembre de 2008, pág. 2). La expiación significa reconciliación y compañerismo con Dios, sin ninguna barrera, a través del sacrificio de Cristo. Esta “es la doctrina bíblica alrededor de la cual giran todas las demás” centrada en Cristo, su muerte, resurrección, ascensión, medicación y regreso. (Ideen, 2-3). Revela nuestra condición pecaminosa y el amor tierno de nuestro Hacedor, así como los innumerados beneficios de aceptar la oferta generosa de la salvación en Cristo. En resumen “la expiación es la solución divina para el problema del pecado dentro” de Su creación(iden, 30). La expiación tuvo su origen en la naturaleza de Dios
Se usted colocar una enciclopedia en las manos de un niño pequeño, lo más probable es que él irá usarla como un juguete, no comprendiendo su importancia y contenido. De manera infinitamente mayor no alcanzamos la comprensión acerca de Dios, y hay muchos que, mismo recibiendo la salvación las botan fuera, juegan con ella o la ignoran. Mismo que admitamos que no asimilamos los misterios divinos relacionados a su eternidad, atributos u obra, podemos empezar a entender su amor, manifestado de manera especial por medio de Jesús.
Las Escrituras Sagradas declaran que Dios es eterno y es amor (Ver 102:25-27, I Juan 4:8). La primera premisa revela porque Él puede salvarnos, la segunda porque lo hizo. Siendo que fuimos creados por Dios y de Él dependemos para todo, podemos estar seguros que sólo nuestro Padre Celestial tiene la capacidad de reconstruir nuestra desfigurada imagen a Suya. Como “es la vida en Si mismo” puede restaurar la vida de los que se arre penden. En este contexto “Cristo y su sacrificio constituyen la máxima expresión del amor divino a la reza caída. (Ideen, 7). El mejor sinónimo para expiación sería salvación o simplemente Jesús.
Otras tres características divinas son el poder creativo, la santidad y el hecho ser omnisapiente. (Salmo 100:3; Isaías 40:25, 57:15; Juan 3:20). Cada una tiene relación directa con la expiación en Cristo. Por ser creador Dios puede restaurarnos, por ser santos no tolera nuestro pecado, por ser omnisapiente previo y arregló el pecado (por medio de Cristo) antes que surgiera (Apoc. 13:8).
Reflexión: No podemos amar a Dios por nos mismos, sino a través de Su propio amor manifestado a través de Su mayor presente a la humanidad, su único Hijo. La lección anterior nos mostró lo que debemos ser como cristianos, pero esta nos revela como podemos ser.
RIBAMAR DINIZ
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