“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mar. 10:45)
Hay mucha inquietud acerca de la muerte de Jesús Cristo. Él sin duda fue el único líder a sacrificarse por sus discípulos, siendo inocente. “Casi dos mil años después de su muerte, el significado de la Cruz todavía es un tema que desafía a los cristianos.” Existen, todavía., textos bíblicos que aclaran este asunto. Vamos analizar algunos de ellos.
Un de los más conocidos y esclarecedores es el verso para memorizar de esta semana. La obra de Cristo es definida como tiendo dos parte principales. Servir y rescatar muchos por su muerte. La primera é fácilmente comprendida en su ministerio público (curas, milagros, alimentación de la multitud, enseñanzas, etc.), pero la segunda tiene un significado mayor. Representa su pasión y finalmente muerte en la cruz del calvario por nosotros. Alí, al fin de su ministerio, rescató el mundo das manos del enemigo de dios, Satanás.
La obra de Cristo a favor del ser humano revela la bondad del Padre bien como su Carácter. Ejemplifica la importancia de guardar el espíritu de la Ley, tan mal representado por Lucifer en el drama de los siglos. Todavía su muerte revela o que él padre e capaz de hacer por sus criaturas. Revela el plano de la salvación, redimiendo el hombre de la ruina del pecado.
El texto escrito por S. Lucas (Lucas 2:25 al 35) define que Jesús vino a la tierra y nació para morir. Él estaba destinado a cumplir el plano de Dios. Simeón profetizó su obra futura y la agonía que tenía su madre por ocasión de la muerte de su único Hijo en la cruz.
Jesús tendría que morir por causa de nuestros pecados. Esto es un misterio no comprensible para la naturaleza humana (Col. 1:26). Debemos aceptar esto echo de la divinidad por nuestro bien estar, no cuestionar o intentar entender totalmente. Debemos, sí o sí, encontrar su significado para nuestra propia vida y aplícalo para nuestra propia salvación.
Los cuatro evangelios tienen pasajes sobre los momentos finales de Jesús (Vea Mate 27:27-31; Marcos 15:31-32; Juan 19:28-30). Todos ellos tentarán describir como sucedió el acontecimiento más para importante del universo en todos los tiempos. Aunque un grupo de judíos y romanos tuvo participación directa (acusaciones y juzgamiento de Jesús por Caifás y otros) y física (los soldados y Pilatos) en la muerte del Mesías, no deberíamos júzgalos, sino nos colocar en su lugar. ¿Que haríamos nosotros en las mismas circunstancias? Como acontecimiento teológico su muerte fue causada no solamente por los actores que estuvieran personalmente en el Calvario y Getsémani, sino por todos que “pecaron y destituidos están de la gloria de Dios.” Todos, entonces, estuvieran, sino físicamente, pero espiritualmente en la cena del calvario, descargando sus pecados sobre el inocente Hijo del Hombre, que no lo suportó, y tuvo su corazón quebrantado.
La muerte expiatoria (él murió en nuestro lugar) de Cristo nos libra de la condenación de la muerte eterna. Su acto restauró completamente el hombre a la imagen de Jehová. Cuando los cristianos aceptan este sacrificio gratuito son comprados por el cielo, para tener una nueva vida (Juan 3:3). A través de este nuevo nacimiento podemos crecer espiritualmente a través de la ayuda del Espíritu Santo, siendo santificados y empezado una mejor etapa de existencia.
La cruz para Pablo “es locura a los que se pierden” (I Cor. 1:18). So lo empiezan a comprender los que aceptan a Jesús y su sacrificio. El autor Roy Adams escribió que “por central que la Cruz sea para nuestra salvación, tiene una importancia que va más allá de nosotros” (Lección de la Escuela Sabática, abril-junio de 2008 pág. 124). Todo el universo fue beneficiado por la cruz. El mundo físico fue recuperado de las manos del enemigo (Apocalipsis 12:12-17); los pecadores fueran salvos de la condenación eterna (Juan 3:16); la muerte fue destruida y até los ángeles y todo el universo fue esclarecido de el carácter de Satanás, bien como protegido de su influencia para siempre. “El plan de salvación, al poner manifiesto la justicia y el amor de Dios, proporciona una salvaguarda eterna contra la apostasía en los mundos que no cayeron”, así como para los redimidos de la tierra (5 CBA 1.106, 1.107, Comentarios d rellena G. de White).
Acepta hoy la cruz de Jesús para tu mismo. Mira él cordero y empieza una nuevo ciclo en tu vivir. Serás una persona completamente cambiada. Tendrás paz en tu corazón y alegría en tu vivir.
RIBAMAR DINZ, (Basado en la lección de la Escuela Sabática)
sexta-feira, 30 de maio de 2008
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